Había una vez un monge pequeño, pero animoso, que todos conocían por el nombre de Maio…
Mis mejores recuerdos
son de los momentos vividos de la mano de mis abuelos…
Sobre todo de la mano,
y de la boca,
de mi abuela materna, que era (algunos ya lo sabéis) una verdadera "cuentacuentos…"
Cuando este niño recuerde y sepa dar sentido a su vida,
se acordará de su abuelo…
y de aquel "cuento de Maio, monge pequeño,
pero animoso…"
¡Estáte seguro, abuelo!
…

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Los abuelos los mejores contadores de cuentos del mundo mundial, que diria Manolito Gafotas. Mi abuela aprendió a leer de moza porque como a casi todas las mujeres de la época ,el trabajo del campo la impedia ir a la escuela. Una de sus máximas era que todos supieramos leer pronto. Recuerdo con nostalgia y ternura cuando por las tardes nos sentabamos las dos en el portal y me leia un trocito de las historias de Ulises el navegante. Seguro que pensarás que no es un cuento para una niña de unos 4 ó 5 años, pero mi abuela me lo leia como el mejor cuento infantil. Creo que eso marcó en parte mi vida porque despertó en mi los deseos de viajar para conocer otras culturas y aprender que no somos nada más que una parte mínima en un mundo enorme, pero sobre todo las lecturas de mi abuela, me enseñaron que la perseverancia ayuada a coseguir sueños. Cuando mis hijos eran pequeños yo me sentaba a la puerta de mi Itaca ( así llamamos a la casa de Casasola) y tambíen les leia la Odisiea, espero poder ser abuela y emocianar a mis nietos con la lectura
Muchas gracias Alfredo!
En primera persona gracias por todo tu trabajo de animador social. Así creo que te definiste alguna vez, y me gustó mucho.
Pero sobre todo por está ultima entrada en tu blog. "Se me cae la baba", igual que se le caerá a mi padre cuando lo vea.
Así que, a seguir en la brecha, que te seguimos.
Un fuerte abrazo y de nuevo nuestras felicitaciones desde Salamanca
Pablo